Entonces, ¿tu trabajo también consiste en hacer recomendaciones para tus clientes?
M.M.: Así es. Si hay algo de los que nos sentimos muy orgullosos es que no nos limitamos simplemente a suministrar un vehículo. Tenemos el conocimiento y la experiencia para ayudar a nuestros clientes con las opciones de infraestructura (instalación de cargadores, tanques de combustible, etc.), informarles sobre las especificaciones de los vehículos, etc. así, no tienen que tratar con diez proveedores diferentes.
¿Qué proporción de la flota es eléctrica hoy en día?
P.S.: Alrededor del 10%. Hace un año, era solo el 1% y espero que el próximo año multipliquemos ese aumento por diez más o menos. El gasto de inversión es elevado, a veces hasta tres veces el precio de un vehículo de gasolina, pero parte de nuestro trabajo consiste en ayudar a las empresas a hacer cuentas: algunas veces, el coste que implica pasar a un motor eléctrico es ínfimo.
¿Quieres decir que el ahorro puede compensar por completo el precio de un vehículo eléctrico?
P.S.: Todo depende del uso del vehículo. Proporcionamos estimaciones personalizadas utilizando nuestro software de telemática interno para proporcionar una estimación de los costes de conversión de diésel a eléctrico, junto con asesoramiento sobre la solución más adecuada en términos de alcance, potencia, etc. En Londres, por ejemplo, cuando se tiene en cuenta la tasa por congestión (que los vehículos con un bajo nivel de emisiones no tienen que pagar) y el ahorro de carburante, además de que resulta más barato pasar a un vehículo eléctrico, sino que el coste del vehículo puede compensarse por completo.
