El trabajo de un conductor de pruebas

Hay algunas personas que hacen que quieras cambiar de trabajo. Dejarlo todo y seguir sus pasos. Alain Degironde, piloto de pruebas de furgonetas en Michelin, es una de ellas. Una mirada directa desde detrás de sus gafas, con canas en las sienes, una gorra azul a juego con su polo... 
Entre dos pruebas de conducción en el circuito de Ladoux, en las afueras de Clermont-Ferrand, Alain nos habla de su trabajo como conductor y de su pasión por la conducción desde hace más de 40 años.

Alain Degironde, conductor de pruebas para neumáticos de furgonetas en Michelin – MFMB

¿Cómo el sueño se convierte en realidad?

"Entré en Michelin en 1979 como técnico de innovación. Acababa de pasar tres años en la escuela técnica de Michelin", recuerda Alain. En aquella época, la escuela era conocida como "La Misión", una especie de incubadora de talentos.

Este jovencísimo empleado se marchó a hacer el servicio militar y luego se incorporó de nuevo a la empresa, pero en Montceau-les-Mines, una pequeña ciudad situada más al norte, en Borgoña.

A principios de 1985, como cada año, expresó sus aspiraciones profesionales. "Lo único que quería era volver a Clermont Ferrand -porque soy de la región- y, si era posible, convertirme en piloto de pruebas, porque me fascinaba". ¿Fue suerte o destino? Michelin necesitaba pilotos de pruebas para sus neumáticos de coche. ¡Bingo! El joven técnico entró en Ladoux, uno de los mejores circuitos del mundo para probar neumáticos. El sueño se hizo realidad.

Fue el comienzo de su carrera como piloto de pruebas. En 1991, la empresa de neumáticos necesitaba un nuevo piloto de pruebas para neumáticos de furgonetas. El piloto de pruebas de entonces estaba a punto de jubilarse. Fue un relevo gradual. "De 1992 a 1995, probé neumáticos para coches y camiones ligeros. En 1996, cuando mi colega se fue, naturalmente le sustituí. Y hasta hoy me he ocupado de las furgonetas en las pruebas de neumáticos", sonríe Alain.

Pasión por conducir furgonetas

Para alguien que, desde que tiene uso de razón, siempre ha querido ser piloto de pruebas, cuarenta años después, sigue teniendo las mismas ganas. "Lo que más me gusta, obviamente, es la conducción. La forma de conducir cuando se es piloto de pruebas es diferente porque hay que ser repetitivo y extremadamente riguroso en la forma de maniobrar. Por ejemplo, cuando tomas una curva, tienes que hacerlo de la misma manera con todos los neumáticos que analizamos. Si hay una diferencia en la forma de conducir, inevitablemente habrá una diferencia en el resultado".

Cuando le preguntamos qué pruebas prefiere, Alain responde sin dudar que las pruebas de conducción sobre nieve. "La mayoría de las pruebas de conducción sobre nieve para camiones ligeros tienen lugar, cada invierno, en Barcelonnette, en los Alpes de Haute Provence".

Desde hace unos 20 años, desde principios de diciembre hasta mediados de marzo
la pequeña ciudad de Jausier ha dado a los equipos de Michelin un acceso único a un entorno increíble y excepcional.

Paraíso blanco y entorno excepcional para los equipos de Michelin

"¡Cierra los ojos, te llevaremos allí! Imagina un paisaje cubierto de nieve fresca e inmaculadamente blanca. Escuche el silencio tranquilo y apagado... antes de las pruebas.
Tras 15 minutos de trayecto desde el pueblo, abra los ojos y contemple esta pista única en la carretera de Napoleón: 10 kilómetros de curvas cerradas. Diez kilómetros que serpentean hasta el puerto de la Bonette, de 2715 metros en su punto más alto. La carretera más alta de Europa.

Desde hace una veintena de años, desde principios de diciembre hasta mediados de marzo -según el año-, la pequeña ciudad de Jausier ofrece a los equipos Michelin un acceso único a un entorno increíble y excepcional (faltan calificativos para describirlo)".

"Esta carretera está completamente cerrada al tráfico en invierno. Con el permiso municipal y de la administración, pudimos abrirla sólo para nuestras pruebas", explica Alain. "Cada invierno nos ayuda un equipo local. Les hemos proporcionado vehículos como un quitanieves, una fresadora, una máquina pisa pistas, etc. Estas dos personas preparan la pista todos los días e instalan una caseta para los técnicos de Michelin y los pilotos de pruebas... Vamos allí de dos a tres semanas, pero no seguidas. No podemos llevar un suministro de neumáticos para dos a tres semanas... Nuestros colegas de los neumáticos para all-season también van allí. Trabajamos con un método de tareas. No tenemos necesariamente nuevos modelos cada invierno, pero probamos cambios y mejoras..."

También es una oportunidad para que los clientes vengan a probar nuevas características en condiciones extremas, como hicimos con la gama Agilis Crossclimate hace tres años. Durante 48 horas, los responsables de las flotas vinieron y experimentaron la vida de los conductores de prueba como Alain. Una experiencia única para el cliente.
 

"Incluso probamos los neumáticos de verano en la nieve para evaluar sus prestaciones en condiciones extremas...", recuerda. "Pero lo primero que compruebo sobre la nieve y el hielo es si la furgoneta arranca y si frena".

Incluso en pleno verano, ya sea sobre nieve o hielo, el conductor pone a prueba el rendimiento de los neumáticos en condiciones de conducción extremas.

Máxima concentración al probar un neumático

"Una última pregunta antes de terminar: ¿Qué busca exactamente Alain cuando prueba un neumático? "Utilizo mis ojos, mis oídos y todos los sentidos de mi cuerpo para analizar cada sensación, cada vibración. Se trata de lo que se siente. Si un día estás muy resfriado o no te sientes bien, no te molestes en hacer una prueba subjetiva. Vas a sentir cosas, pero no será necesariamente la realidad".

Concluye Alain: "Cuando hago una prueba, me implico completamente. Apago el teléfono, por ejemplo. Estoy en mi burbuja. No quiero que me interrumpan porque eso rompe el análisis y puedo perderme ciertas cosas".